Visita de Athenaa a los yacimientos de “El Argar” de Antas y la ciudad medieval de “Bayra” en Vera.

Viaje realizado y organizado por la Asociación C. Athenaa el pasado sábado día 21 de octubre/23, al levante almeriense para visitar en Antas el yacimiento de El Argar y las casas argáricas recreadas en su entorno, y en Vera el yacimiento medieval de la antigua Bayra en el cerro del Espíritu Santo.

YACIMIENTO EL ARGAR (ANTAS)

Nuestro primer destino es la población de Antas en la Sierra de Almagrera, y junto a los aparcamientos del campo de fútbol “El Aljoroque” nos recibe nuestro guía, el historiador antuso Juan Gabriel. Para iniciar nuestra visita nos dirigimos hacia poniente donde se localiza una ladera por donde acceder -no sin dificultad- a una meseta de unos 16.000 m2 de superficie delimitada al oeste por un cortado abrupto de 35 metros sobre el río Antas.

Como introducción previa antes de la subida a la meseta donde se ubica el yacimiento de El Argar, el guía nos explica los inicios del asentamiento humano en la zona, teniendo como pantalla el propio paisaje que nos ofrece la elevación del terreno. Las necesidades de la población del lugar para poder acceder al agua, les lleva a la confluencia del río Antas y la rambla del Cajete, una zona que les garantizaba agua continua y zonas de cultivo con los terrenos situados en sus riberas, asentándose en la meseta como zona elevada de difícil acceso donde poder fortificarse.

El acceso es agreste y empinado, no está ni marcado ni acondicionado, lo que lo hace muy dificultoso y limita la visita de personas con dificultad de movilidad. Una vez alcanzada la meseta, la impresión es bastante pobre, todas las excavaciones realizadas han sido cubiertas por seguridad y salvaguarda de los restos, y el terreno se ha asilvestrado sin rastros visibles de lo que atesora.

El guía nos concentra a poniente de la zona central al borde del acantilado con el río Antas, enfrente del actual pueblo de Antas, con la intención de entender el lugar y captar la importancia de los restos que duermen debajo de nosotros, ayudándose con el uso de láminas ilustradas al respecto.

Estamos en un yacimiento arqueológico de un poblado prehistórico de la Edad del Bronce, datándose el asentamiento entre el 2044 a.C. hasta el 1550 a.C. Fueron las excavaciones de finales del siglo XIX por los hermanos Enrique y Luís Siret, dos ingenieros de minas belgas y con la participación como capataz del lugareño Pedro Flores, cuando comenzó a asentarse en arqueología un grupo cultural que tomaría el nombre del lugar, la denominada Cultura Argárica como continuidad con la época previa de Los Millares o Edad del Cobre, y que se extendería por el sureste peninsular ocupando las provincias de Granada, Almería y Murcia, así como parte de Jaén y Alicante.

Juan Gabriel nos hace referencias sobre los personajes involucrados en los descubrimientos, y sobre la importancia de los materiales encontrados, destacando la gran cantidad de inhumaciones que han conservado los profusos ajuares de los difuntos, y el estudio de todos ellos nos permite conocer las principales características y modo de vida de los pueblos argáricos.

La población del Argar está estimada en unos 500 habitantes, con viviendas rectangulares cuyas paredes eran construidas con madera y barro, y los techos de cañas y barro, situadas dentro de un recinto amurallado. Era una sociedad agrícola y ganadera, que complementaban con la caza y la pesca, haciendo uso de la metalurgia para la fabricación de objetos de cobre y bronce, así como manufacturas textiles con telares principalmente de lino. También era una sociedad guerrea como refleja las fortificaciones y la presencia de armas como elementos de importancia en los ajuares funerarios.

El progreso de esta comunidad agrícola con el incremento de la actividad metalúrgica, conlleva un aumento de la población y una diferenciación socioeconómica que se refleja en los sistemas de enterramiento. Se han localizado más un millar de sepulturas en el interior de las propias casas, cuyo ritual y ajuar manifiestan una diferenciación social, predominando enterramientos individuales que iban evolucionando desde las fosas, a cistas y urnas cerámicas (pithois), y los ajuares compuestos inicialmente de objetos cerámicos, enriqueciéndose posteriormente con piezas metálicas, pasando a objetos de gran valor como espadas y también diademas de plata, que eran símbolos de riqueza y poder.

A la espera de un proyecto de puesta en valor del yacimiento que pueda mostrar al mundo el tesoro argárico de Antas, el Ayuntamiento de Antas dentro del Plan Argar 2020-30 y con el apoyo de la Consejería de Desarrollo Rural, la Diputación de Almería y la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, ha realizado la construcción y recreación de  tres casas argáricas junto al yacimiento de El Argar.

De la mano de nuestro guía y como final de la visita, pasamos a visitar el entorno recreado donde podemos hacernos una idea de la vida cotidiana de la sociedad argárica. En primer lugar, se percibe el sistema constructivo de las casas con maderas, cañas y barro como elementos principales, y que sorprendentemente tienen gran similitud con las antiguas viviendas rurales hasta hace pocas décadas.

En sus interiores contemplamos claros ejemplos de su producción alfarera, metalúrgica, peletera y textil,  incluso un ejemplo de una alabarda, la primera arma diseñada por los hombres para la guerra. Y otro elemento destacable son los sistemas de enterramiento con ejemplos de  fosas, cistas y pithois.

BAYRA LA VIEJA (VERA)

Nuestro siguiente destino son los restos de la antigua ciudad medieval de Vera la Vieja, el “Parque Arqueológico Bayra”. Situada en el Cerro del Espíritu Santo, y desde el pie del cerro en los aparcamientos del Pabellón Blas Infante, iniciamos nuestra visita de la mano del director de las excavaciones Moisés Alonso Valladares del Grupo de Investigación PRINMA de la Universidad de Granada.

Antes de iniciar el ascenso al yacimiento, Moisés nos hace a modo de introducción un repaso por la historia del asentamiento del territorio, una zona que ha mantenido una ocupación humana de forma continuada desde el Paleolítico Superior, pasando por la Baria fenicia y posterior romana, hasta llegar a la Bayra de la época musulmana entre los siglos XI al XV y su breve tiempo como cristiana tras la conquista en 1488 por Fernando el Católico.

La ciudad nazarí de Bayra gozaba de gran importancia, era centro administrativo comarcal y enclave estratégico de paso hacia el levante, siendo frontera con la zona cristiana, y desde el tratado de Alcaraz era la ciudad límite entre la zona musulmana de Almería del Reino de Granada y la Murcia cristiana de la Corona de Castilla, controlando toda la cuenca del Bajo Almanzora.

A solo treinta años de su conquista cristiana, la ciudad de Bayra encuentra su final cuando un fuerte seísmo en la madrugada del 9 de noviembre de 1518, donde parecieron un 10% de la población (unas 150 personas) y destruyó las edificaciones por completo, sepultando sus restos bajo montañas de lodo y piedras, sólo quedó en pie parte de la muralla y algunos aljibes. El espacio quedó en estado ruinoso, las construcciones fueron abandonadas paulatinamente y, parte de los restos se desmantelaron para la construcción en el llano de la nueva ciudad mandada a construir por orden de Carlos V en 1520.  

El yacimiento del Cerro del Espíritu es una fortaleza encumbrada en un cerro aislado en medio de los campos de cultivo, desde donde se domina la costa y el interior. Atesora un gran potencial arqueológico, dado que se han constatado restos desde época prehistórica y romana, aunque los restos emergentes más importantes son los de ocupación musulmana. En su cumbre se instaló en 1949 una imagen blanca de unos diez metros de altura del Sagrado Corazón de Jesús que preside la ciudad y es su símbolo más característico. Esta zona de mirador corresponde con el alcázar que corona la alcazaba, delimitada por un recinto amurallado perimetral con varias torres cuadradas en las esquinas que discurre a media ladera, y la medina extendida con viviendas escalonadas desde intramuros hacia la zona baja del Cerro.

El enclave arqueológico del Espíritu Santo fue declarado BIC en el año 2006, y su potencial arqueológico se encuentra prácticamente intacto desde su abandono en 1518. La intervención arqueológica que se viene realizando en la actualidad, está englobada dentro del Proyecto General de Investigación Bayra, un ambicioso plan a seis años promovido por el Ayuntamiento de Vera en unión con el Grupo de Investigación “Producción, Intercambio y  Materialidad” (PRINMA) de la Universidad de Granada. Como nos cuenta Moisés sobre el lugar, los restos exhumados poseen un gran valor patrimonial, tanto las estructuras rescatadas de diversas viviendas y de tramos de muralla, como los restos muebles identificados, hallazgos que están sacando a la luz las condiciones materiales de vida de Bayra, y que ha permitido conservar los restos y comenzar a realizar visitas turísticas y educativas al yacimiento arqueológico con bastante repercusión entre el público.

Sobre el terreno y con las indicaciones del director, podemos comprobar como la apertura descontrolada de caminos para acceder al enclave y fincas privadas, han seccionado parte de los restos de la ciudad, dejando al descubierto restos de estructuras que han facilitado la elección de ciertos sectores objeto de estudio. Los trabajos hasta el momento en esta segunda campaña se han desarrollado excavaciones en seis sondeos, el aljibe-ermita y unos tramos de muralla.

Muestra del corte ocasionado por la apertura de camino que ha destruido gran parte de los restos.

En primer lugar nos dirigimos a la zona media en su cara norte donde se localiza el sondeo 4. Se trata de una residencia que la ejecución del camino se llevó la mitad de la construcción. Corresponde con estructura domésticas con muros de ladrillo, mampostería y restos de derrumbe del terremoto. Se evidencia una estancia rectangular (patio) desde donde se accede al resto de habitáculos, con suelo en espiga y con un silo excavado en la roca madre. También se ha localizado una escalera para acceder a estancias superiores y una cueva excavada en su zona adosada al cerro sin identificar. Los materiales de cerámica encontrados nos hablan de un entorno en transición entre las épocas nazarí y castellana.

Nos desplazamos a la cara sur donde está el sondeo 6. Igualmente se trata de una vivienda con dos estancias contiguas, comunicadas por medio de un vano y también con un silo en cada uno de los espacios, y los materiales cerámicos nos indican la misma tendencia del sondeo 4.

En la zona de subida nos encontramos con uno de los aljibes árabes que suministraban agua a la ciudad, una de las pocas construcciones que sobrevivieron al terremoto. Situado en el borde sur del Cerro adosado a la muralla perimetral. Frente la entrada se ha habilitado un espacio de descanso y a la vez un  interesante mirador de la panorámica de la costa y del interior del valle. En un momento indeterminado del siglo XIX, se consagró bajo la advocación del Espíritu Santo que terminó dando nombre al Cerro. Para su acondicionamiento en ermita, se abrió una puerta de entrada en su costado de levante y se instaló un espacio superior a modo de coro que se accede por una escalera de caracol.

Mirador y Aljibe árabe reconvertido en ermita y posterior centro de interpretación.

Al poder contar con el director de la excavación como guía, tenemos el privilegio de poder acceder a su interior y comprobar que es una sola nave rectangular con cubierta de bóveda de cañón, con paredes de mortero hidráulico de cal y canto, que aún conservan restos de pintura decorativa. Durante la guerra civil fue objeto de vandalismo y robo de su mobiliario, quedando totalmente abandonado hasta su reconversión en 2004 como Centro de Interpretación de las Ruinas Medievales de la Ciudad de Bayra, hoy cerrado, y actualmente se está usando de forma provisional como almacén en los trabajos de excavación.

Continuando la subida al Cerro por el sendero acondicionado, llegamos a un espacio en la zona noreste junto al mismo sendero, donde se está excavando actualmente un tramo de la muralla perimetral y de una de las torres rectangulares, y sobre la zona norte un poco más elevado nos encontramos con otro tramo de muralla con diferentes paños y tipos constructivos, pendientes de identificar pero podría tratarse de un pasillo central de acceso al recinto.

Una vez coronada la cima del Cerro por los triunfantes de la subida, pueden disfrutar de las excepcionales vistas de todo el valle y la costa, junto a la compañía de la majestuosa figura del Sagrado Corazón de Jesús. En este espacio tan singular, Moisés aprovecha para hablarnos sobre el sondeo 1 al pie de la cima, una excavación que ha destapado lo que fue la puerta principal y otra secundaria del Alcázar, estructura militar y política de la ciudad así como uno de los aljibes para el abastecimiento de agua en la zona alta.

Y como punto final a nuestra visita al Cerro del Espíritu Santo de Vera, y a modo de recuerdo y prueba de la hazaña, se realiza una foto de grupo para la posteridad.

– A N E X O S –

Video interior casa argárica recreada nº 1.(El Argar – Antas)

Video interior casa argárica recreada nº 2. (El Argar – Antas)

Video interior casa argárica recreada nº 3 (El Algar – Antas)

PLANOS DE LOS YACIMIENTOS (Gentileza del topógrafo Carlos Gálvez)

PLANOS DE “EL ARGAR” (ANTAS):

PLANOS DE “EL CERRO DEL ESPIRITU SANTO” (VERA):

Sobre el autor: Athenaa (fgo)

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