Visita de Athenaa a la Reserva Natural de Las Albuferas de Adra y al barrio histórico de la Alquería (Adra la Vieja).

Para celebrar el Día Mundial de los Humedales, Athenaa ha visitado el pasado día 3 de febrero la Reserva Natural de Las Albuferas de Adra, para conocer in situ la importancia y singularidad de sus ecosistemas y la diversidad de especies de flora y fauna, complementada con la visita a las salas del Museo de Adra dedicadas al humedal, para continuar con un paseo por La Alquería para conocer y disfrutar del Huerto Jardín de la Asociación Acerobo, y terminar con la contemplación de esculturas y pinturas de la artista almeriense Ana María Castillo en la fundación que lleva su nombre.

LAS ALBUFERAS DE ADRA

Empezamos la jornada con la llegada a los humedales donde nos reciben los guías que nos van a enseñar e informar sobre el entorno, morfología, formación y su ecosistema. Y para que la visita sea funcional, nos invitan a dividirnos en tres grupos para ir pasando de forma alternativa por los diferente puntos de interés, de manera que José Manuel López Martos nos guiará en la zona del observatorio para el avistamiento de aves, Mariano Paracuellos en la estación de anillamiento y Olimpia por el entorno de litoral marino y periferia de la laguna.

José Manuel, Mariano y Olimpia organizando los grupos para comenzar la visita.

El primer grupo guiado por Olimpia se dirige hacia la costa bordeando las lagunas por su lindero de levante. Una vez alcanzada la playa se toma el camino del litoral junto a la orilla, donde podemos contemplar los efectos que están provocando la regresión de la costa por el cambio climático. Una situación preocupante que los propietarios de los invernaderos intentan solventar con aportes de arena y escombros en algunos casos, junto con la construcción de espigones y de escolleras de piedra para intentar frenar el progresivo avance del mar y que amenaza muy seriamente tanto los cultivos como los propios humedales que se encuentran a escasos metros.

A la vista del paisaje de la costa y aprovechando la excelente mañana, Olimpia aprovecha para hacer una pequeña introducción sobre las características y estado de Las Albuferas de Adra.

Las Albuferas de Adra es un humedal ubicado en la zona este del delta del Río Adra y que se encuentra en la actualidad totalmente rodeado de cultivos de invernaderos y a escasa distancia de la línea de costa. Hoy está compuesta por dos lagunas diferencias, al norte la más antigua conocida como Albufera Honda y al sur la Albufera Nueva que la duplica en tamaño, y un área de amortiguación perimetral y zonas de encharcamientos temporales. Todo el conjunto se encuentra declarado como Reserva Natural desde 1989 con la aprobación del Inventario de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía. También está declarado como Espacio de Especial Protección para las Aves (ZEPA), Lugar de Importancia Comunitaria (LIC), Zona de Especial Conservación (ZEC), incluido en el Convenio RAMSAR como Humedad de importancia Internacional para las aves acuáticas y el Inventario de Humedales de Andalucía, con protección urbanística en las NNSS de Adra como Área de Especial Protección y a nivel provincial como Zonas Húmedas Bien conservadas.

Toda esta extensa variedad de figuras de protección establecidas para garantizar su conservación, nos viene a indicar su alto valor de importancia por la singularidad de los ecosistemas y la diversidad que alberga de especies de flora y fauna, algunas incluso en peligro de extinción. Como muestra de esta diversidad y gracias al cuadernillo que nos ha facilitado Olimpia “Aprendiendo a mirar Las Albuferas de Adra” editado por la Junta de Andalucía, hemos podido comprobar in situ algunas muestras de la flora en esta zona de amortiguación y del cordón litoral.

Dejamos la costa para adentrarnos hacia el norte entre los invernaderos hasta alcanzar el borde sureste de la Albufera Nueva donde se localiza la Estación de Anillamiento Lorenzo García (EALG), enclavada al completo en la vegetación perimetral de las Albuferas de Adra y formando parte del equipamiento de la Estación Ornitológica Lorenzo García de la CSMAEA. Lorenzo García Rodríguez (1937-2020), natural de la Alquería de Adra, fue el primer anillador de Almería y responsable y cofundador del Grupo de Anillamiento Rhodopechys de SEO/BirdLife en Almería, y con una dilatada trayectoria técnica y profesional relacionada con los humedales y el anillamiento científico de aves.

Nos recibe en la estación su coordinador y biólogo, Mariano Paracuellos, que nos advierte de la sensibilidad del lugar y las medidas preventivas que debemos seguir en nuestra visita. A continuación nos acomoda en la mesa de trabajo y nos presenta al resto del grupo que hoy componen equipo de anillamiento, formado por el biólogo José Antonio Oña como anillador experto, y el policía autonómico Emilio González como anillador en formación, todos son monitores activos voluntarios en la EALG e integrantes del Grupo de Anillamiento Rhodopechys que gestiona la estación.

Mariano explicando el protocolo de trabajo de la estación de anillamiento.

La EALG forma parte del Programa de Anillamiento para el seguimiento de Especies Residentes, Invernantes y Migradoras (RIM) de la Sociedad Española de Ornitología, que actúa como un observatorio biológico con el cometido científico y didáctico del anillamiento, seguimiento, estudio y divulgación de la aves y su ambiente a largo plazo dentro del Espacio Protegido de Las Albuferas de Adra. Para ello trabajan bajo un riguroso protocolo sistemático con sesiones normalizadas todos los meses del año a tiempo indefinido. Esto ha permitido obtener las series temporales de datos más largas con una base de conocimiento sobre las aves de gran valor a la comunidad científica, para conocer la evolución temporal de las especies en un enclave determinado, como indicador del estado de salud de su hábitat.

Agustín realizando la medición de alas y José Antonio registrando los datos en el cuaderno y ficha de anillamientos.

Como parte de las actividades de la EALG, está la divulgación, sensibilización y educación ambiental sobre la Reserva Natural, y poner en valor la importancia de las aves en el equilibrio de los ecosistemas que habitan. Y una de estas actividades es la posibilidad de poder observar en primera línea el proceso de anillamiento de las aves capturadas, y el grupo de visitantes de Athenaa ha tenido la posibilidad en esta ocasión de disfrutar de esta interesante e importante labor de mano de Mariano, José Antonio y Agustín.

El protocolo del anillamiento para la obtención de datos con la captura y el manipulado del ave, debe realizarse con sumo cuidado y en el tiempo imprescindible para afectar lo mínimo posible al bienestar del individuo. Comienza con la captura del ave, normalmente con la instalación de redes de niebla en los lugares de paso, consiste en una malla o red tejida, la cual puede ser de nailon o poliéster, extendidas con bolsillos donde quedan depositados una vez topados con la red. Una vez atrapado el ejemplar, se procede con destreza y experiencia a su liberación de los hilos de la red, inmediatamente se introduce en una bolsa de tela traspirable para evitarle estrés y se lleva a la mesa de anillamiento donde se procede a la identificación y tomas de datos de la especie.

Si el ejemplar está anillado se procede al control y toma de datos y, si no lo está, se marca colocando en la pata una anilla metálica con un número único del código alfanumérico protocolizado. Tanto en las aves anilladas como en las de nuevo anillamiento, normalmente se anota su datación, biometría y condición física según procedimiento usual, siempre y cuando sea posible: sexo y edad, longitud alar, longitud de la tercera pluma primaria del ala, longitud de la cola, longitud del tarso, estado de grasa y músculo, presencia y estado de la placa incubatriz y peso. Toda esta información se plasma en la ficha de anillamiento que se importa periódicamente a la Oficina de Anillamiento de Aves del Remite ICONA del Ministerio de Medio Ambiente a través del programa SeaAni de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife). El proceso termina con la suelta y liberación del ejemplar en el mismo lugar de su captura.

Como final de nuestra estancia en la Estación de Anillamiento Lorenzo García, Mariano nos informa a groso modo las conclusiones resultantes de los datos tomados desde 1998, como la constancia de movimientos migratorios de ejemplares anillados y controlados en la Albufera de Adra con la Europa Central y con la vertiente mediterránea de la península y del norte de África. Pero como dato más destacado y lamentable en la Reserva Natural es el declive de varias especies acuáticas, reproductoras, invernantes y migratorias en algún momento del año, así como una pérdida muy significativa de efectivos de malvasía cabeciblanca, y en general el empobrecimiento de la comunidad de aves, motivado por la pérdida, fragmentación y merma de calidad del hábitat con la reducción del nivel de agua, disminución de carrizal, contaminación, colmatación y salinización del sistema por actividades agrícolas, pastoreo incontrolado y proliferación de especies exóticas y/o invasoras.

Una vez abandonada la estación de anillamiento nos dirigimos al sureste de la Albufera Nueva. Desde el camino occidental que baja a la playa tomamos un pasillo entablado sobre el carrizal de unos 100 m. que nos lleva a la entrada de otro equipamiento de uso público de las lagunas, al conocido como Observatorio Ornitológico ‘Casa Mata’.

Una vez alcanzado el observatorio, una cabaña de madera instalada al borde del agua de la Albufera Nueva desde donde se puede contemplar a través de sus amplios ventanales toda la extensión de la superficie de la laguna hasta los límites de carrizal que la delimitan, y donde podemos disfrutar de la observación de diferentes variedades de aves acuáticas nadando y zambulléndose en las profundidades del agua en busca de alimento. Dentro de la cabaña nos recibe José Manuel López Martos, especialista en ciencias ambientales que nos informa sobre las particularidades hídricas y de biodiversidad de las lagunas, así como su evolución morfológica en el tiempo.

José Manuel informando dentro del Observatorio de Uso Público “Casa Mata”

Las Albuferas de Adra es un humedal de agua salubre, producto de una mezcla de agua salada por las infiltraciones marinas y de agua dulce procedente de aportaciones superficiales y del acuífero superior. La Albufera Nueva al ser más profunda y estar cerca del mar tiene un nivel de salubridad superior a la Albufera Honda, que al encontrarse en primera línea de la escorrentía del Río Adra recibe agua dulce en ocasiones. Estas particularidades en la composición química y morfológicas de cada laguna permiten una gran biodiversidad con adaptaciones de diversas especies de flora en cada una de ellas.

Estas lagunas se originaron por la progresiva acción del hombre sobre el medio físico (acción antrópica del terreno) a lo largo de varios siglos, que ha ido alterando el delta del Río Adra. Los sedimentos que el rio desemboca en el mar se depositan cerca de la playa, las propias corrientes marinas arrastran estas arenas hacia la zona baja del delta, creando un cordón litoral paralelo a la costa que termina aislando una masa de agua, generando una laguna salubre sin salida al mar (endorreica).

José Manuel nos comenta que la existencia de estas lagunas se conocen desde el siglo XVI, cuando la repoblación cristiana conllevó una deforestación de gran cantidad de tierras para su cultivo, lo que originó intensos procesos de erosión de sedimentos que terminaron desembocando en el mar. Dos siglos más tarde con la proliferación de las azucareras y la fiebre minera, la cuenca hidrográfica de las sierras sufren una agresiva deforestación, en especial la Sierra de Gádor, para alimentar los ingenios y los hornos de fundición del plomo, que trajo consigo numerosas y peligrosas avenidas del rio con gran cantidad de sedimentos aportados al delta. Por este motivo se tomó la decisión a mediados del siglo XIX de cambiar el trazado del cauce del rio, desembocando ahora sobre la antigua laguna conocida como Albufera Grande, consiguiendo desecarla por la gran aportación de nuevos sedimentos así como el crecimiento del delta y la aparición de los primeros cordones litorales que generan la Albufera Honda.

Fotograma video explicativo (Museo de Adra) de los efectos del cambio trazado del rio y el nuevo puerto de Adra

A principios del siglo XX se vuelve a cambiar el trazado del río y junto a la construcción del puerto de Adra provoca un cambio en la dinámica litoral, este cambio fue configurando un lago marino que era utilizado como refugio de los pescadores de Balerma, hasta que en 1931 se termina cerrando creando la Albufera Nueva. Con la llegada de los proyectos de colonización en los año 50 del siglo pasado, se comenzó un proceso de transformación en zonas de tierra de cultivo, incluso se creó una sociedad con la finalidad de desecar las Albuferas con procesos de enterramiento por los propios agricultores que llegan a aislar una parte de la Albufera Nueva, generando un resto pequeño conocido como Laguna Aislada o Cuadrada y que ha quedado fuera de la zona de protección. En época más reciente se formó una nueva laguna en la playa conocida como Albufera Litoral pero desapareció tras un temporal en 1996.

Zona protegida y sitios visitados de las Albuferas de Adra sobre foto área de Google Earth.

La construcción de la presa de Benínar en el tramo medio del Río Adra en 1982, provoca una drástica disminución de aportes de sedimentos en la desembocadura, que junto a los cambios de la dinámica litoral y el cambio climático con el aumento del nivel del mar, el proceso de transformación es continuo y según nos cuenta José Manuel, las previsiones científicas sobre el futuro de las Albuferas de Adra es que terminarán desapareciendo, y por eso la gran importancia que tiene todas las figuras de protección y en especial la declaración Reserva Natural.

Después de una interesante exposición de la evolución de las lagunas, y como nos encontramos en el observatorio ornitológico, pasamos a disfrutar de las vistas del humedal y de la contemplación de diferentes especies de aves que se encuentran flotando y chapoteando en su superficie, en especial las acuáticas como los zampullines, la focha blanca, los patos malvasía, algunas zancudas y diferentes variedades de pájaros sobre en las zonas de los carrizales.

Antes de despedirnos de las Albuferas de Adra, José Manuel nos hace un alegato en base a la declaratoria de los pueblos centroamericanos y los humedales, de ciudadanos que viven cerca de humedales declarados como “Sitios Ramsar”, sobre la protección y defensa de esta Reserva Natural, que a pesar de su pequeño tamaño contiene una considerable variedad de ambientes de fauna y flora que proporciona una gran biodiversidad en nuestro entorno natural. Además, toda la riqueza que nos proporciona como fuente de vida natural para las generaciones venideras como pulmones y filtro natural para combatir la contaminación y aminorar los peligros de lo embates naturales, como fuente económica en su explotación sostenible con actividades turísticas y de inspiración artística por su belleza natural, como medio para investigaciones científicas que enriquecen la ciencia y la cultura universal, y por tanto es obligación de todos como individuos y como fuerzas organizadas defenderlos, cuidarlos y mantenerlos a perpetuidad.

Una vez terminada nuestra visita a los humedales, nos despedimos de Olimpia, Mariano y José Manuel a quienes les agradecemos por este paseo interesantísimo e instructivo sobre un humedal tan cercano pero tan desconocido a la vez, y sobre todo por la labor tan importante que están ejerciendo en la defensa de esta Reserva Natural. Pero nuestra ruta continua y ahora toca complementar y entender de forma didáctica lo visto in situ así como las utilidades que se le han dado a toda esta riqueza natural y los beneficios obtenidos para nuestra sociedad, y todo esto lo vamos a ver en el Museo de Adra en una sección etnográfica con la exposición denominada “La Viva Historia de las Albuferas”, y a ella nos dirigimos a continuación.

MUSEO DE ADRA –

Siguiendo nuestra visita instructiva sobre los Humedales de Adra, ahora toca la parte didáctica de su musealización en el Museo de Adra, donde nos recibe José Antonio que nos hará de guía de la exposición. Esta exposición sobre la historia de las Albuferas es una muestra de agradecimiento para aquellas personas que usaron la albufera con una conciencia de conservación, manteniendo una convivencia y disfrute de sus recursos de forma sostenible, y que gracias a ellas, este privilegiado oasis ha podido pervivir hasta nuestros.

Los paneles y proyecciones de videos informativos nos van enseñando de forma ilustrativa su historia desde los inicios de la formación de las lagunas y los procesos de cambios sufridos hasta la actualidad rodeada de invernaderos, así como sus plantas, sus animales y, como no, sus gentes y la explotación de los recursos, tanto el propio material de las albuferas como las arenas y el agua explotados para los cultivos de enarenados, el riego y el abastecimiento de los campesinos y el ganado.

Sobre las especies vegetales conviven comunidades amenazadas y con gran interés de conservación como la Zannichellia contorta, tarayales y juncales. De su explotación como leña (cañas, junquillo, eneas, masiegas…) como fuente de combustible para lumbres y hornos, el denso follaje de hierbas gigantes de las orillas como pastos para ovejas, caballos, vacas…, y el uso de enea basta y las tobas acuáticas como cama para el ganado que termina generando un rico estiércol para los cultivos. Otro aprovechamiento importante de la población era el uso artesanal de la cañavera, la enea, el junco y el resto de vegetación de ribera, para la construcción de barreras, setillos, techumbres, tabiques, empalizadas, barricadas, celosías, cabañas, cobertizos, cercados, chozas… y utensilios domésticos para la vida cotidiana como sillas, canastos, cestas, albardas, bolilleros, revestimientos, decoración y juguetes varios, cohetes, zambombas, escobas, y un largo etcétera.

Con respecto a la fauna también se encuentran joyas de la conservación como último refugio para especies muy sensibles como el pequeño pez endémico Fartet, el escarabajo pistaceus o el galápago leproso, y sobre todo unas 60 especies de aves amenazadas. Su explotación ha venido realizándose a lo largo de su historia para consumo de la población con la pesca de lisas, anguilas y otros peces, la caza de fochas y patos, y la captura de sanguijuelas para realizar sangrías medicinales. Todos estos usos y prácticas, incluso algunos tan curiosos como ser escenario de rodajes cinematográficos de películas como Mando Perdido (1966) con Anthony Quinn y Claudia Cardinale, y Sol Rojo (1971) con Charles Bronson y Úrsula Andres, ya no son permitidos, y en la actualidad, desde su protección, tan solo son compatibles los usos didácticos y científicos.

Con esta visita al museo damos por terminado nuestra estancia en Adra, y antes de tomar nuestro nuevo destino hacia el barrio histórico de la Alquería (Adra la Vieja), nos hacemos pare el recuerdo una foto de grupo en la escalinata de la Plaza San Sebastián.

LA ALQUERIA –

La Alquería es la barriada más antigua de Adra y una de las más desconocidas. Enclavada a escasos kilómetros de la costa en la ribera occidental del Río Adra, conserva con recelo las costumbres y tradiciones más típicas de la Alpujarra de Almería. El monumento más destacable es la iglesia parroquial de la Alquería “Nuestra Señora de las Angustias”, construida sobre una mezquita musulmana, incendiada en 1570 por los moriscos y tuvieron que reconstruirla el S XVIII. Pero nuestra visita en esta ocasión se ve reducida a un almuerzo en el único local hostelero del barrio abierto recientemente para dinamizar La Alquería, y un paseo por sus calles, disfrutar del Huerto Jardín de la Asociación Acerobo, y terminar con la visita artística a la Fundación Ana María Castillo.

HUERTO JARDIN DE LA ARQUERIA –

José Antonio también nos guía por el Huerto Jardín de la Asociación Acerobo en la calle Real, un recinto botánico con cultivos tradicionales y plantas de distintas partes del mundo integradas a la perfección en el entorno de la Alpujarra.

FUNDACIÓN ANA MARÍA CASTILLO –

La Fundación Ana María Castillo fue constituida en 2021 para conservar, mantener, promocionar obras escultóricas, pictóricas y musivarias de Ana María Castillo García, así como todas aquellas que por su naturaleza o fin contribuyan al enriquecimiento cultural y patrimonial en la gestión de las diferentes manifestaciones del arte y la cultura de la comarca.

Ana María Castillo García es una artista almeriense, su vocación venía de su padre como profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Almería e íntimo amigo de Jesús de Perceval, que le hizo crecer en un ambiente muy artístico. A los 17 años ingresó en la escuela Superior de Bellas Artes de Valencia y, posteriormente, continúa los estudios en la escuela de San Fernando de Madrid. Entre premios y becas, Castillo terminó su licenciatura y tras terminar la época de estudiante, dedicó su vida a la docencia. Actualmente disfruta de su jubilación y continúa con su pasión, el arte, creando obras de diferentes ámbitos: escultura, mosaico, vidriera, pintura, entre muchas otras.

La Asociación Acerobo y la Fundación Ana María Castillo gestionan dos edificios de exposiciones para la realización de un conjunto de actividades de cultura y ocio. El que se localiza en la calle Callejón nº 9 junto a la vega de la Alquería, como sede la fundación que alberga de forma permanente las esculturas, pinturas y mosaicos de Ana María que mantenía en propiedad, al fin de mantenerlas juntas para darles sentido en conjunto, definiendo su forma de ver, sentir y expresar el arte.

El otro edificio en calle Barrio Seco destinado a exposiciones temporales y que en nuestra visita se estaba montando la última exposición con obras pictóricas de Ana María denominada “Dibujos. El Retrato”, con la gran suerte y el placer de encontrarnos con la autora, y tener el privilegio en forma de primicia de poder disfrutar de las obras expuestas en los dos edificios en su compañía, y poder compartir sus anécdotas y explicaciones de primera mano.

Ana María Castillo con el grupo Athenaa en la exposición “Dibujos. El Retrato”.

Con esta visita a los museos de la Fundación Ana María Castillo damos por finalizada nuestra intensa e interesante jornada ambiental y artística por tierras abderitanas.

Sobre el autor: Athenaa (fgo)

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