La Sala B del Teatro Auditorio de El Ejido acogió el pasado 27 de abril la sexta conferencia bajo la temática de “Diferentes modelos de gestión del patrimonio” organizado por la Asociación Cultural Athenaa, que en esta ocasión le ha correspondido a la ciudad de Adra bajo la denominación “La divulgación de los lugares históricos y espacios museísticos abderitanos”.
Un modelo basado en la gestión municipal con diversas colaboraciones externas presentado por Javier Sánchez Real, Licenciado en Historia del Arte, técnico del Museo de Adra, miembro del IEA y editor de la revista Farua del Centro Virgitano de Estudios Históricos.
La Asociación Cultural Athenaa continúa con los modelos de gestión patrimonial de las poblaciones de nuestro entorno, al fin de servir como ejemplos a seguir para la gestión del patrimonio ejidense. Y como viene siendo común con las conferencias de este II Ciclo, después de esta cita teórica, le seguirá una visita al Patrimonio de Adra para estudiarlo in situ.
El modelo abderitano presentado por el técnico de Cultura del Ayuntamiento de Adra, Javier Sánchez con el lema “La divulgación de los lugares históricos y espacios museísticos abderitanos”, nos va introduciendo en las diversas gestiones que desde el municipio se vienen ejecutando para la realización de exposiciones temporales y permanentes en el Museo y los centros de interpretación, así como la preparación y realización de las visitas guiadas a los diferentes inmuebles históricos y al entorno biológico de la Albufera.
Se inicia el acto con la carta de presentación del ponente por parte del presidente de Athenaa, Samuel Caro. Una vez expresados los agradecimientos a la organización y a los asistentes, Sánchez comienza su conferencia hablando del principal espacio museístico como es el Museo de Adra. Considerando que tanto las acciones de rehabilitación sobre el edificio, así como su destino previo a exposiciones temporales de alto coste en la época de vacas gordas pero de poca rentabilidad para el propio museo, no han sido las gestiones más acertadas para la fructífera evolución del museo y junto a los pocos recursos disponibles actualmente, la gestión para conseguir albergar exposiciones en sus salas está exigiendo mucho esfuerzo e ingenio por parte de los responsables actuales del mismo.
El objetivo actual es conseguir exposiciones permanentes más económicas y que consoliden la esencia del museo, compaginando con exposiciones temporales en colaboración con otras instituciones y particulares. A pesar de los escasos recursos disponibles, Sánchez nos hace un repaso por diversas exposiciones logradas no sin gran esfuerzo y dedicación, como son las permanentes de la colección arqueológica del material sobre el Cerro de Montecristo con restos de cerámicas o ánforas, y demás vestigios de la vida romana o fenicia, así como piezas y fotografías donadas al municipio de Adra por la familia de Robert Octobon en sus excavaciones realizadas desde 1959-1965, todas expuestas en la segunda planta del museo.
Otra muestra permanente es la sala dedicada al arte moderno, instalada en la parte baja, donde se han ubicado las pinturas donadas del pintor abderitano Antonio Bedmar junto con los fondos pictóricos y gráficos existentes en el archivo patrimonial de Adra, complementadas por otras obras prestadas de pintores almerienses del siglo XIX. Y otra sala en proyecto que estará dedicada al arte islámico partiendo de las miniaturas de Fdez. Castro sobre la Alhambra de Granada.
Con respecto a exposiciones temporales, nos refiere como ejemplo una de imágenes religiosas aportadas por particulares, o “La de Desbandada a su paso por Adra” con la colaboración del Centro Andaluz de la Fotografía, así como otras colaboraciones con el Centro Virgitano de Estudios Históricos como “La Alpujarra de los Banu Hassan”.
Después de hablar del Museo de Adra y sus tipos de exposiciones, Sánchez dirige su atención a las visitas guiadas a otros espacios museísticos como: “El Molino del Lugar” que después de una rehabilitación por la escuela taller, alberga material etnográfico referido a la molienda y el ciclo del cereal; también “El Centro de Interpretación de la pesca de Adra” donde se pone en valor la tradición marinera abderitana, haciendo un recorrido en sus diversas salas por las artes de pesca, la industria conservera, diferentes tipos de embarcaciones en el tiempo, incluyendo también un espacio dedicado a la patrona de los marineros la Virgen del Carmen; así como un resto de espacios interesantes como “La Torre de los Perdigones”, los refugios de la guerra civil, las casas señoriales de los Gneco, una familia de genoveses asentados en Adra en el siglo XVIII dedicados al comercio del azúcar.
Sánchez al referirse a las visitas guiadas ofertadas por el área de cultura tanto al “Yacimiento arqueológico del Cerro de Montecristo” como al resto de lugares históricos, nos traslada su pesar por las condiciones insuficientes tanto de los accesos como del mantenimiento, con una información sustentada principalmente con la exposición de paneles interpretativos que en su mayoría son de propia creación, la sobrecarga laboral por la escasez de personal, que junto con una oferta al usuario a un precio más testimonial que eficaz, complica la inversión y poder gestionar todo este patrimonio al nivel que le corresponde y se merece.
Nos complementa esta variada oferta patrimonial con las visitas guiadas teatralizadas que se realizan en verano y por la noche, aprovechando el periodo vacacional y el entorno romántico y teatral de la noche dando a conocer los puntos más importantes de la localidad, así como las costumbres y tradiciones de la manera más amena y divertida, como la representación del asalto pirata del 1758 en el recinto amurallado.
Para poner el punto final después de una exposición no sin dificultades técnicas, Javier Sánchez completa la oferta gestionada por el municipio abderitano con la visita biológica al patrimonio natural de la Albufera de Adra, catalogada como Reserva Natural desde 1989, un humedal costero de agua salobre que constituye una fuente permanente de alimento y vida para la fauna residente en la zona y lugar de paso obligado en las rutas migratorias para las aves, entre los continentes europeo y africano.
Como resumen del modelo abderitano, podemos decir que se trata de una gestión íntegramente municipal con unos recursos insuficientes para abarcar tantos lugares históricos y espacios museísticos, que obliga a los responsables de cultura buscar recursos tanto de la propia voluntariedad del personal como de fuentes exteriores entre colaboradores particulares, instituciones culturales y/u otras administraciones. Una labor que exige de la implicación y un esfuerzo añadido de los responsables municipales del patrimonio histórico de Adra.
Como cierre del acto, por parte de Athenaa y de la mano del vicepresidente Paco Escobar, se hizo entrega al ponente de la distinción «Medusa» con la que la Asociación le agradece su presencia en los «II Coloquios sobre Murgi».