Athenaa en la Ruta Andalusí de Celín y las Jornadas de présules y tirabeques de Dalías.

El pasado 28 de febrero coincidiendo con el día de Andalucía, Athenaa ha realizado una ruta por el Celín andalusí, una visita cultural que estaba pendiente y que hemos aprovechado la invitación del Ayuntamiento de Dalias para participar en sus Jornadas de présules y tirabeques.

Nuestra jornada comienza en la Plaza del Ayuntamiento de Dalias donde nos recibe el Alcalde de Dalías, Francisco Lirola Martín, que nos da la bienvenida y nos agradece la visita, esperando que disfrutemos del recorrido por su pueblo. A continuación nuestro compañero y gran aficionado a la historia, Arturo Ortíz, se presenta como nuestro guía en el día de hoy por el legado andalusí de Celín-Dalías.

Inicio de la Ruta Andalusí de Celín con la bienvenida del Alcalde de Dalías Francisco Lirola.

Plaza del Ayuntamiento de Dalías.

Arturo arranca nuestra visita desde la plaza, y lo hace hablando de Dalías y su territorio, desde la división política en el siglo IX y X en “YUZ”, cuya organización se basaba alrededor de los castillos (Hisn) como centro de toda la comunidad y alrededor de los cuales se distribuían las zonas cultivables y las alquerías o barrios. Así fue hasta el sultanato nazarí cuando las divisiones se suelen hacer en “TAHAS”.

Explica Arturo la presencia humana mucho antes en Murgi y el Cerrón que en Dalías, donde aparte de una actividad minera ya habría una producción agrícola con numerosos manantiales. En época andalusí se crean dos acequias principales (o hasta se reutilizan de época romana), las conocidas como OBDA y ALMOVARA, que proporcionan agua a la zona y fuerza a los molinos que en un número de 29 han estado en producción hasta mediados del siglo XX, estando hoy abandonados y en ruina total. Estas acequias empiezan a vertebrar el territorio con la presencia de núcleos y minifundios en su zona.

Dalias empezará su crecimiento en la zona del Hizán y Celín y se extenderá hasta el sur, conformando 5 zonas muy delimitadas que aparecen en los distintos documentos del siglo XV y XVI. Corresponden a la época final del periodo medieval, AMBROZ–AMRUS, AL HIZÁN, CELÍN, OBDA o COBDA y ALMECETE, a los cuales se le suman dos barrios y pagos, ALMOHARA y ALMARGEN.

Al final de la rebelión de los moriscos se impone el nombre de Dalias, quedándose la iglesia (de Ambrox), algunas calles y zonas como recuerdo de esas zonas históricas. Sólo quedará Celín como superviviente.
Cada uno de los distintos monumentos de la ruta, expresa la vida socio colectiva de este medio rural andalusí. Ya sean fortalezas, atalayas, rábitas, presas, baños, qanat, mezquitas (desaparecidas), molinos, balates o baños, además del hábitat doméstico, nos recuerdan los hábitos, la religión, la relación con el poder y con el medio, la necesidad de higiene, de defensa y también de dónde venimos.

Fuente Peralta.

Siguiendo la calle Santo Cristo hacia el norte alcanzamos el cruce con la calle San Cristóbal, donde se encuentra la Fuente Peralta y hacemos una parada para contemplar a levante en lontananza los restos de La Garita. La fuente tiene su origen a finales del siglo XIX, que tenía cuatro caños y en la actualidad cuenta tan solo con dos. En cuanto a su nombre, parece ser que guardaba relación con la familia que vivía en frente, pues tenía tal apellido.

Parada en la Fuente Peralta entre calle Padre Rubio y calle San Cristóbal frente al Cerro de la Garita

En el Cerro de la Garita se divisa los restos de La Garita, una construcción del siglo XIII que dominaba la vega y defendía una alquería o rábita próxima, y que Arturo defiende que no es una torre ni un castillo, que es una estructura medieval tremendamente distinta a las atalayas que se pueden ver en la provincia, y más parecido a los morabitos de marruecos con una función religiosa o mística, más acorde con la raíz de su topónimo (en árabe “gar”, que significa «cueva») y la cueva que se localiza en su base.

Placeta Nuestra Sra. de la Soledad.


Seguimos ahora por la calle Padre Rubio pasando por la puerta de la casa natal del santo y alcanzamos el colegio CEIP “Luis Vives” y la Biblioteca Municipal, haciendo nueva parada en la Placeta de Nuestra Sra. de la Soledad, desde donde divisar el Cerro de Janda o de la Cañada, una elevación de 560 metros con dominio estratégico de la parte occidental y del camino principal que unía la Alpujarra desde Berja al Campo de Dalías, donde se encuentran los restos de Aljandar o Jandaq, una construcción del siglo XIII de planta rectangular algo más pequeña que La Garita y posible rábita.

Parada en Pz. Nuestra Sra. de la Soledad junto a la biblioteca municipal frente al Cerro de Janda

Una rábita es un edificio con dos usos. Es una fortaleza y puesto de vigilancia que se ubicaba en lugares fronterizos o de importancia estratégica y a la vez es un monasterio musulmán, siempre dentro de las obras de la fortificación. En Dalías están en cerros prominentes con amplia visibilidad de la vega y las alquerías.

Al Jatib ya nos habla de los inconvenientes que causan los frecuentes desembarcos enemigos y lo imprevisto de los ataques y que el camino a Dalías es una senda de cuidados y martirios, solo frecuentada por varones de gran abnegación y desprecio al mundo (morabitos, una especie de monjes musulmanes).

Arturo explicando la importancia estratégica del lugar como camino principal

Iglesia de Celín.

Siguiendo la calle Padre Rubio ahora calle Real de Celín, pasamos por La Fuente de Celín donde a la vez que saciamos la sed de la caminata tentamos al cumplimiento de la leyenda de recobrar algo de juventud.

Alcanzamos la Iglesia de Celín donde Arturo nos cuenta que la llegada de los inmigrantes islámicos a la Alpujarra coincide con una población hispana dispersa y poco vertebrada. Las luchas internas dentro del Estado Visigodo facilitaron la entrada de tropas y pobladores de origen árabe y norteafricano que fueron conformando el emirato de Córdoba, que ocupó lo que fue el Reino visigodo de Toledo, y nos indica que Almería debió estar ocupada en 713 tras firmarse el pacto de Tudmir, cuyo núcleo más importante en la zona almeriense sería Urci (Urci de los yemeníes/Pechina), sede episcopal hasta el XI.

Grupo de Athenaa frente la Iglesia de San Miguel Arcángel de Celín

En cuanto a Dalías, algunos pobladores de la desaparecida Murgi debieron situarse también en el entorno de los actuales núcleos de población: Celín, Aljízar, Dalías y Almohara. Aunque las evidencias arqueológicas no son del todo evidentes, se conoce la existencia de una posible villa de ocupación tardía en Almohara y cerámica en el entorno de Aljízar. Los yundíes sirios (cuerpo del ejército islámico) llegan a esta zona y Al-Udri, nacido en Dalías y cuyos ascendientes son de los primeros pobladores de la Dalías andalusí, señala que éstos eran de origen yemení y que hacia el 775 se asentarían en la vega de Dalías junto a los cristianos y judíos.

Al Udri vive intensamente la época taifa almeriense y es enterrado seguramente en el cementerio de Alhawd.

Durante el período almohade, ya debió estar conformado un paisaje poblacional completo en el entorno de Dalías. Las alquerías se dispondrían en torno a la vega y junto a ella podrían disponerse las distintas acequias que eran aprovechadas tanto para la irrigación de los campos como para los distintos molinos que seguramente jalonaban ya las ramblas. Se conoce de la existencia de dos mezquitas mayores, una en la misma Celín bajo la actual iglesia parroquial, y en Ambroz la segunda en la actual de Dalías.

Tránsito por la calle Real de Celín hacia la Rambla de Almacete.

Mirador de las 7 Maravillas de Dalías.

Nuestra siguiente parada es el Mirador de Los Baños de la Reina, con unas vistas espectaculares del barranco de la Rambla de Almecete con el cerro de Aljizar coronado por la Ermita, y una panorámica que nos permite ver entre otros Los Baños de la Reina, La Garita, la Santa Cruz, y el mar por encima de línea del Cerrón y los Atajuelos con una sensación óptica de cercanía.

Panorámica de la vista de las 7 Maravillas de Dalías desde el Mirador de la Reina

Castillo Al Hizán.

Con la contemplación de tantas maravillas a la vista, iniciamos la subida a la fortaleza del Castillo Al Hizán o hisn, donde Arturo nos comenta que pudo tener un origen entre los siglos IX y X tipo husun o refugios, y que estuvo ocupado por udríes que convivieron probablemente con los antiguos descendientes de hispanos y visigodos. Independientemente del origen y de la filiación étnica de los pobladores y constructores de las alquerías, los husun son una creación de la época, plenamente altomedievales.

Arturo mostrando restos de un paño de muralla y torre del Castillo Al Hizán.

Su razón de ser solo se justifica con una población que se basa en un régimen clientelar y clánico en el que las relaciones solidarias entre las distintas alquerías ayudan a la supervivencia del conjunto. Entre tanto, el Estado cordobés se va imponiendo, comienzan a depender de él y las relaciones clientelares y feudales se vincularán a la misma Córdoba. Estos hisn se colocan sobre plataformas rocosas y se construyen de forma muy simple, con muros de tabiya y mampostería que se adosan a un baluarte.

Por lo general, no estarían habitados por ninguna guarnición, siendo solamente ocupados en casos de extrema necesidad o conflictos bélicos. En varios casos, controlan los puntos de captación de agua y suelen contar con uno o varios aljibes. En el caso del hisn de Dalías se reúnen todos estos aspectos. A partir del siglo IX son frecuentes las incursiones de Lordemanos (vikingos que llegan a tomar Sevilla).

Ermita del Aljizar o de Ntra. Sra. de los Dolores.

Alcanzamos la Ermita del Hizán que está situada en el extremo de poniente de la estrecha plataforma correspondiente a la antigua fortaleza de Dalias

Llegada a la Ermita del Hizán en el Cerro de Aljizar

Se compone de dos elementos, sin duda no contemporáneos, enlazados por una sala trapezoidal:

  • Una sala con cúpula octogonal donde la cúpula descansa directamente sobre el octógono de los muros, sin trompa ni pechina clara.
  • Una torre octogonal de tábiya se eleva a unos 9,5 metros al oeste de esta sala con cúpula. La subida al interior de la torre parece haberse hecho en su origen por una escalera helicoidal de madera, que dejaba vacío el núcleo central y de la que aún conservan huellas en las paredes internas del monumento. La datación es más complicada, pero por el tipo de tapial y la forma parece almohade con arreglos en época nazarí.

Para hacer entender que el Hizán no tenía guarnición y que lo guardaban murabities, nos explica lo que representa la cúpula, el octógono y la forma cuadrada, enseñando fotos y dibujos de distintos morabitos y zawiyas existentes, una mezquita antigua, un morabito, rábita o una ermita de época moderna. Para finalizar deja Arturo un interrogante: ¿Podría ser Aljizar y Al Hizán dos palabras distintas? Al Hirsa(t) sería como la guardia y al hizán como la fortaleza, todo de pende de cómo se entienda la etimología.

Baños de la Reina y complejo hídrico.

Una vez abandonamos la ermita comenzamos a descender dirección a la Rambla de Almacete, donde se localiza el complejo hídrico compuesto por el pantano y los baños árabes, sin dejar de mencionar las acequias procedentes de las fuentes, así como el espectacular acueducto que atraviesa la rambla.

Panorámica del complejo hídrico y los Baños de la Reina en la Rambla de Almacete.

Los baños de la Reina.

Las fuentes no nos dicen nada de los mismos por lo que serían uno de tantos baños que tendría Dalias. Por distintos motivos han llegado a nosotros en un estado de conservación excepcional.

Es un hamman andalusí heredero de las termas romanas (más suntuosas) con su adaptación medieval musulmana. Su agua procedía quizás de la acequia general del nacimiento de Celín, captada por un azud y es probable que cerca de la última nave tuviera un depósito.

En el mundo musulmán su uso era frecuente y se basa en tres ejes: el religioso (y explicaría la proximidad al Hizán); el higiénico, las pilas de las mezquitas eran insuficientes para las abluciones y el decoro era importante; y el social, al estar al alcance de la población alternativamente para hombres y mujeres pues muchos eran públicos y servía de reunión.

De planta rectangular con tres naves paralelas que se comunican entre sí, cada nave está cubierta con una bóveda de cañón con lucernas abocinadas de unos 30 cm, seguramente octogonales, y dispuestas en filas de 4 a 5. No se aprecian elementos decorativos ni en el interior ni en el exterior. Su sencilla división y la solidez de la obra nos dicen el carácter sobrio pero funcional. Se explica el enlucido llagueado de espina de pez para preparar otro más fino que aparece en los muros interiores.

Accedemos al vestíbulo (Bayt al maslaj/apodyterum) donde solo se conservan los muros laterales. Quizá tuviera cerramientos de madera u otro tipo de construcción más consistente (ya arruinada). Una piedra caída en el terremoto de 1804 causó un importante daño que afectaría a su estructura. Se ve una estructura cuadrangular que podría ser una letrina o pila para limpieza previa. Servía de guardarropa, vestíbulo o taquilla.

La nave de baños fríos (Bayt al barid/frigidarium) tiene una bóveda semiderruida. Se pueden apreciar las lucernas en tres filas alineadas de un posible total de 15. Presenta reformas del siglo XX en una pared que ha dañado una interesante zona.

Vestíbulo y zona fría de los Baños de la Reina «frigidarium» semiderruida.

La nave baño templado (Bayt al wastani/ tepidarium) es la mejor conservada. Presenta toda la cubierta de tragaluces con un poyo de fábrica donde se ven los restos de una pila en forma de tinaja, y que quizás al lado pudo existir otra. Quedan restos de conducciones de agua o calor a través de arcaduces cerámicos empotrados en las paredes.

Zona templada «tepidarium» muy bien conservada.

La nave de baños calientes (Bayt al sajun/ caldariún) ha perdido totalmente su cubierta abovedada y en uno de sus lados están los restos de una estructura de difícil interpretación. Empotrados a los muros aparecen dos conductos de calefacción completados por agujeros circulares que comunican con la nave central. Bajo ella se sitúa lo que parece la caldera subterránea (al burma).

Zona caliente «caldarium» sin restos de la cubierta abovedada.

Pantano de la Reina.

Se trata de una presa de 15 m construida de argamasa. La cara orientada aguas arriba es vertical, al contrario de las orientadas aguas abajo, que presenta un fuerte talud (la presa es dos veces más ancha en su base que en su remate); ofrece también un abultamiento semicilíndrico. Los embalses andalusíes conocidos hasta ahora son todos de derivación y no almacenamiento y al encontrarse el proyecto se constata que es del siglo XVIII.

Vistas del grupo Athenaa sobre el Pantano de la Reina aprovechado como puente en la rambla.

Ermita de San Miguel.

La Ermita de San Miguel fue construida en el siglo XVIII sobre los planos y restos de la antigua mezquita musulmana. De planta rectangular, está compuesta por una capilla mayor presidida por las imágenes de San Miguel y de la Virgen de la Inmaculada, en la que quedan restos pictóricos de la época. En su parte inferior se encuentra una nave cubierta por una bóveda de medio cañón en su interior.

Para finalizar con la época andalusí en Celín, Arturo nos refiere sobre la agronomía local, basándose en distintos biógrafos que nombran las excelencias de Dalías: la seda como producto de gran calidad, muy valorado en el mercado y que en el cerro de Las Mellizas se ubicaría posiblemente un centro de producción; el aloe que crece en las piedras y es mejor que el hindú; sus corderos y sus quesos.
Jornadas de Présules y Tirabeques en Dalias.

Altar de la ermita con las imágenes de San Miguel y la Virgen de la Inmaculada

Para poner punto final a nuestra jornada en Celín y Dalías, nos dirigimos a la Plaza de las Flores de Dalías para participar en las Jornadas de Présules y Tirabeques organizada por el Ayuntamiento de Dalias, y disfrutar de la degustación de papas a lo pobre con présules y tirabeques donde participa en su elaboración nuestro compañero y a la vez concejal de la corporación daliense, Antonio Zamora junto a su pareja Ana Ruíz, y terminar con la tradición de tomar el café en la cafetería del Casino junto con los pasteles locales de la afamada «Pastelería Escobar», disfrutando de la convivencia del grupo con la ciudadanía daliense.

Sobre el autor: Athenaa (fgo)

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