Hay oportunidades que surgen de manera inesperada y se deben aprovechar. Ese ha sido el caso de la visita del pasado 15 de junio/24 a la antigua Ilurco, sita en las cercanías del actual Pinos Puente, en el Cerro de los Infantes. Una visita que brindó a Athenaa el propio director de las excavaciones y del proyecto de investigación, el catedrático de arqueología de la Universidad de Granada Andrés M. Adroher, que además fue nuestro guía de lujo.
La visita comenzó en lo que se considera la “acrópolis” del yacimiento y desde la que se divisan las más de 20 ha. que ocupa, con una secuencia estratigráfica que abarca en una zona muy concreta desde el Paleolítico Superior, aunque de forma interrumpida en el centro del yacimiento desde el Calcolitico hasta época medieval, momento en el que se abandona, quizá en favor de la vecina Ilbira, antigua Elvira y que quizá se trate de la antigua Iliberris íbera y romana.
La ubicación del yacimiento controlando toda la Vega del Genil, así como los accesos a la misma desde las Subbéticas, explican su privilegiado emplazamiento, tal como nos explicó Adroher, y de ahí su empeño en que subiéramos a la zona más alta.
Antes de comenzar el descenso, pudimos ver lo que pudo ser una cisterna romana, a juzgar por los restos de opus signinum que aparecen por diversos lugares de la estructura, pero que se reaprovechó hasta algún momento aún incierto durante la Edad Media. También en esa zona alta, y por su carácter estratégico, pudimos observar restos de nidos de ametralladoras, búnkeres desmontados y otras estructuras defensivas de la Guerra Civil. Desde allí bajamos a la zona de la última campaña de excavación en niveles íberos con unas estructuras que inducen a pensar a los arqueólogos que se trataría de una zona de calle con acceso a una parte de la ciudad pero siempre intramuros.
A continuación nos dirigimos a lo que parece que fue el antiguo foro. Hipótesis avalada por la presencia de altos muros de época romana en un cortijo ya abandonado, una zona de termas monumentales y, lo más importante, unos imponentes muros en grosor y altura que explicarían la presencia de un criptopórtico orientado hacia el norte y que ayudaría a nivelar y ampliar la zona de lo que se cree sería el citado foro.
Antes de despedirnos, Adroher agradeció la visita y el interés mostrado por Athenaa en el resultado de las excavaciones en el Cerro de los Infantes, por lo que animó a que acudiéramos en gran grupo a visitar la antigua Ilurco.